jueves, 8 de julio de 2010

Pequeña teoría de la relatividad

Ayer mi padre cumplió 50 años, así que, pese a que me había prohibido terminantemente prepararle una fiesta sorpresa (con lo que me gusta a mi preparar fiestas, qué putada), y creo que en parte porque se moría de envidia cuando le contaba cómo fue la celebración de mi cumpleaños, acabamos montando una cena. Invitó a un número relativamente pequeño, 22 personas, entre los que se encuentran sus amigos más allegados, sus hermanos, su pareja y yo; escogió un restaurante que le gustó, y nos perdimos el paso a la final cenando a pie de playa. Fue mucho más difícil escoger al grupo que el restaurante.

Del grupo habitual de mi padre, otras 4 parejas, soy la única "niña" mayor. Los peques tienen entre meses y 15 años. Así que fui muchos años la única cría, el juguete colectivo. Ahora cómo me he hecho mayor y tengo vida propia, ya no les veo tanto como antes. Voy a cenar de vez en cuando, especialmente con los que viven más cerca. Me dejo caer en alguna comida, pero claro, no es lo mismo. No conozco al más peque. Hablando con una de ellas,  llegamos a la conclusión que hacía 8 años que no nos veíamos. Ocho. Increíble. ¿Que porqué estábamos tan seguras? Porque acababa de nacer su hija pequeña, cumplió ocho hace un par de semanas. También estaban en la fiesta los padres de unas de mis mejores amigas de toda la vida, estuvimos contando y hace 22 años que nos conocemos. Yo acababa de cumplir los 5, la pequeña de sus hijas no andaba. A la mayor, la veo con relativa asiduidad, pero a ellos no les veía desde la fiesta sorpresa que le montamos para los 22. Cumplirá 26 en breve. Les quiero infinito, y creo que fue el abrazo más grande que me dieron en toda la noche.

Y te sientas en una mesa, con 22 personas, algunas de las cuales no conocen más que a dos, y a algunas de las cuales no has visto en muchos muchos años. Y hay gente de 60 y muchos y gente de 30 y pocos. Y te pierdes el paso a la final y llegas a casa con alguna copa de más un miércoles. Y te lo has pasado genial. Y te das cuenta de que, con los de verdad, pasa lo que ya he contado millones de veces. Que a ciertas personas, siempre parece que las hayas visto ayer. Mi padre es un tío con suerte. Y, qué coño. Yo también.

4 comentarios:

  1. Me alegro un montón, pocos pero cercanos, es lo ideal.

    Felicidades a tu padre de mi parte :)

    Saludines,
    YoMisma

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  2. :)

    Qué guay :) Me gusta, lo de "Que no pase el tiempo" y "Que la edad no importe" :) Me gusta taaaaaaanto tener amigos de todas las edades, de tantos sitios y taaaaaaaaaaaaan diferentes :)

    Enhorabuena y por supuesto, también a tu padre, que celebre tan bien muchos más :)

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  3. Qué emocionante!!! Sí que es verdd que hay personas que, a pesar de verlas poco, cuando lo haces pareces que lo hiciste ayer.

    Tenéis suerte, sin duda.

    Chaoo!!

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