domingo, 6 de marzo de 2011

Amada mía

Marzo es un mal mes para los que quedamos vivos. En el velatorio de alguien a quien quiero recordar como el maestro me enteré de que él no iba a ser el último de mi entorno en abandonarnos esta semana. El segundo lo sabía, lo sabía hacía más tiempo de que soñó vivir después de su muerte anunciada. Tuvo tiempo de despedirse de todos, con un poema para cada una de sus personas importantes. Dos de sus nietos han querido compartir algunos de ellos con nosotros, y yo quiero compartir con vosotros el final del que escribió dedicado a su amada:
Guarda secreto en tu alma
el amor que nos tuvimos
y nunca permitas, nunca,
dejarlo morir conmigo.
(B.R.J.)

1 comentario:

  1. Es precioso.
    Lo leí ayer, o antes de ayer, pero estaba yo demasiado sensiblona...

    Insisto, es precioso :_)

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